Historia

Diócesis de Huajuapan

Antecedentes del Nacimiento de la Diócesis de las mixtecas.

La idea de erigir una Diócesis en esta tierras mixtecas nace a partir de una propuesta por el Pbro. de Acatlán Don Anastasio de Jesús Cazares originario del pueblo de Petlalcingo Puebla.

Ante esto el Pbro. Cazares escribió la siguiente nota textualmente “El día 8 de diciembre de 1869, por primera vez, se le pidió al inmortal Pío IX la erección de un obispado en esta región de las mixtecas, y el Santo Padre señaló a Huajuapan de León, Oax, como sede”.

Esta propuesta fue respaldada por el entonces Obispo de Puebla Monseñor Carlos María Colina y Rubio (1864 – 1879) y por el Obispo de Oaxaca Monseñor Vicente Fermín Márquez Carrizosa (1811 – 1887).

El historiador Gregorio Camarillo y Flores afirmó lo siguiente: “Pidió el Santo Padre un mapa y cuando se trató de señalar la población que podía ser la Sede Episcopal de la futura diócesis de las Mixtecas, unos opinaron que Tlaxiaco, otros que, como el Excmo. Sr. Colina obispo de Puebla que Huajuapan y el padre Cázares que Acatlán. El Papa señaló por estar en el centro de las Mixtecas a Huajuapan. A su regreso de la Ciudad de los Papas y de los Césares, el Dr. Cázares difundió la idea por estos lugares”.

Junta gestionadora para la erección de la Diócesis de las mixtecas.

El Pbro. Dr. Amador teniendo en sus manos la carta del obispo Francisco Melitón Vargas, en la cual lo apoyaba para lanzarse a solicitar la erección de la nueva diócesis, el párroco se despojó de sus temores, preocupaciones y se decidió a convocar a los integrantes de la Junta gestionadora, y los lanzó a trabajar a favor de la Diócesis de las Mixtecas.

Corría el día 01 de octubre de 1899. Los convocados acudieron entusiasmados a la cita, a la hora exacta. Ahí se encontraban las personas más conspicuas y trascendentes y, sobre todo, magníficos cristianos.

Tan magnánimo, como siempre, el sr. Cura se presentó ante la distinguida concurrencia y prometió trabajar con todas sus fuerzas hasta lograr el objetivo esencial.

En la mesa de diálogo se ventilaron problemas y soluciones, fracasos y éxitos, tácticas efectivas de trabajo y propósitos a seguir, etc.

El acto seguido fue importantísimo: se constituyó la Junta gestionadora de la erección del Obispado de las mixtecas, con las siguientes personas: Vicente Zamora y Ortiz, presidente; Lic. Juan de Dios Flores y León, secretario; Fiacro Torreblanca Tapia, prosecretario; Félix Alonso y García, tesorero; Aurelio García Niño, vocal 1; Miguel Ignacio López Rodríguez, vocal 2; se añadió otro vocal Sr. Julián Martínez Ortiz, el día 30 de abril de 1900.

El señor cura Amador Hernández propuso a la Junta naciente “sondear” el criterio de Monseñor Eulogio Gregorio Gillow y Zavalza, arzobispo de Oaxaca (Oax. 1887-1922) por abrigar este algunas reacciones negativas ante la aún nonata diócesis de las Mixtecas. Afortunadamente Monseñor Gillow se encontraba a solo 40 kilómetros de distancia, partiendo de Huajuapan. Monseñor en efecto, estaba en la población de Tamazulapan, Oax., cumpliendo una Visita Pastoral a esa parroquia de su arquidiócesis. El Pbro. Sr. Amador dialogó con él. El prelado expuso las dificultades que podían ocasionar la creación de una nueva diócesis, sobre todo, sufriendo el desmembramiento territorial de su arquidiócesis y el de la Diócesis de Puebla. No obstante, prometió meditar el asunto absteniéndose a decir si o no.

Los dos expedientes.

Primero de noviembre de 1899. Los miembros de la Junta Gestionadora acordaron dar un obsequio a Mons. Guillow; y se valieron del Lic. Jesús Acevedo, huajuapeño, que se encontraba en Oaxaca para que éste le entregara en sus propias manos: “Fue un Canon que aún se conserva en la catedral de Oaxaca”. Además, los de la Junta tenían el conocimiento que el arzobispo de la Antequera había partido hacia París y de esa ciudad se dirigía hacia la de Roma; entonces decidieron armar el primer expediente conteniendo 07 puntos y el mapa de la diócesis solicitante y lo entregaron al Lic. Acevedo el día 01 de noviembre de 1899 encargándole, a este señor, que lo enviara cuanto antes a Mons. Guillow que se encontraba en la ciudad de París.

Desgraciadamente, ese primer expediente no tuvo respuesta. Y se desconoce si se gestionó o se marginó el referido documento.

Se reunió la Junta el 30 de abril de 1900. En este encuentro se discutió, principalmente, el silencio del Vaticano respecto del 01 de noviembre de 1899 y el desvió del documento de parte del arzobispo de Oaxaca. Determinó la Junta formular otro expediente y mapa complementarios y enviarlos directamente a manos del Cardenal José de Calasanz Vives y Tuto y de Monseñor Emigdio Michetti verdaderos amigos del Sr. Amador Hernández.

El 12 de mayo de 1900, la Junta gestionadora celebró una reunión en la casa-habitación del Sr. Aurelio García. Ahí el secretario y prosecretario formularon el segundo expediente, encomendando al presidente de la Junta elaborar un plano que comprendiera parte de la arquidiócesis de Oaxaca y la diócesis de Puebla, subrayando los contornos de la Diócesis de las Mixtecas.

La Junta trabajó hábil y sagazmente; la formaban hombres de carácter férreo y compresivo.

Hubo otras reuniones; las de 12 de junio y 25 de julio de 1900.

La dinámica y tenaz Junta se puso a trabajar como nunca, quizá lo había hecho. El día 01 de noviembre de 1900 celebró un consejo transcendente.

Nos cuenta el abogado Juan de Dios Flores y López, hijo del secretario de la Junta gestionadora: “Tuvimos la suerte de que en mi Casa Solariega se redactara, escribiera, leyera, aprobara y suscribiera el verdadero expediente básico y que vino a tramitarse en Roma, conducente a la creación de la Diócesis de las Mixtecas”.

“Este nuevo expediente fue también redactado por el licenciado Flores y León y escrito por don Fiacro Torreblanca, y el mapa de la comprensión de la nueva diócesis dibujado por don Vicente Zamora; documento que, junto con los fondos reunidos, se enviaron al señor Amador”.

Los documentos susodichos fueron entregados inmediatamente al Sr. Amador y Hernández, por medio de un “correo propio”.

Los peregrinos zarparon del puerto de Veracruz a mediados de noviembre de 1900. En altamar el Dr. Amador dio a conocer el expediente y mapa al obispo elegido de Chilapa el día 30 de diciembre de 1889, el Dr. y Mtro. Ramón Ibarra y González, y consagrado en Roma el día 05 de enero de 1890, que también viajaba en el mismo barco, el cual prometió ayudarle en forma muy interesada.

En el Vaticano, el Sr. Amador y Hernández entregó la documentación personalmente al cardenal José de Calazans Vives y Tuto y a Monseñor Emigdio Michetti rogándoles que pusieran todo empeño en el asunto, y además le suplicó que apadrinaran la obra de la erección.

Corría el 7 de abril de 1901 Fr. Antonio, párroco, convocó a los miembros de la Junta gestionadora para dar lectura a una carta que el Cardenal Rampolla envió a Monseñor Ramón Ibarra y González, obispo de Chilapa, Gro., que declara en uno de sus párrafos:

“el proyecto de la nueva diócesis de Huajuapan no se podía aprobar por comprender parroquias que pertenecen a dos estados: Puebla y Oaxaca”.

La carta pareció un balde de agua fría caído sobre los señores de la Junta. Acordaron que se elaborara un nuevo expediente. Se comisionó al Lic. Flores y León inteligente y sabio que armara la defensa por medio de otro expediente que se elaboró 05 días después, es decir, el 12 de abril de 1901. Y se envió, con entrega inmediata, al Señor Cardenal Vives y Tuto. En este documento, el cardenal encontró una carta poder de parte de los gestionadores de la erección. (Firmada por los suscritos y miembros de la Junta gestionadora).

El 12 de junio de 1901, el Sr. Cura Castillo recibió de la mitra de Puebla órdenes de entregar la parroquia al vicario cooperador. Ocho días después tomó posesión de la parroquia el Pbro. Victoriano Vázquez, ex párroco de Silacayoapan, Oax.

El 31 de agosto de 1901 llegó a Huajuapan el Arzobispo de Oaxaca, Monseñor Gillow. Al otro día, 01 de septiembre, recibió en audiencia a los miembros de la Junta gestionadora. Les aseguró que la Santa Sede había aprobado crear la Diócesis de las Mixtecas, pero, que aún no se decidía qué población sería la sede episcopal, ni el nombre del futuro obispo, ni los límites, ni de la congrua, etc. El Arzobispo temía que le quitaran Teposcolula y Tlaxiaco y demás parroquias pingües mixtecas. Les aseguró que visitaría la parroquia de San Juan Bautista Acatlán, Pue. Porque no la descartaba, aún de ser posible Sede. Visitó los templos de la ciudad. Los huajuapeños lo invitaron a una Velada Literaria-musical a la caída de la noche y otra al día siguiente.

El día 02 septiembre de 1901, la Junta acordó no mostrar escrito alguno y mapa a Mons. Gillow. Ya le tenían desconfianza. No quería dar algunas parroquias mixtecas para la nueva diócesis. En el mapa que ellos tenían, en ese momento, estaban Tamazulapan, Tejupan, Coixtlahuaca, Concepción Buena Vista, Teposcolula, Chilapa de Días, Caltepec, Juxtlahuaca, Coicoyan, Mixtepec, Tecomaxtlahuaca, Zapotitlán Salinas y San Gabriel Chilac.

Antes de las 06 de la tarde salió, los huajuapeños obsequiaron al arzobispo de Oaxaca un cáliz cuyo costo fue de 140 pesos. El 03 de septiembre estuvo en Chila de las Flores; el 04 en Petlalcingo; el 06 en Acatlán y el 07 en Santa Inés Ahuatempan.

Recibió también un obsequio de parte de Huajuapan, Monseñor Emigdio Michetti por su colaboración a favor de la erección. Se trabajaba inteligentemente.

El 26 de septiembre de 1901 se envió al Cardenal Vives y Tuto otro expediente y respectivo mapa en donde se excluían las parroquias que se negaba dar el arzobispo de Oaxaca.

El 16 de octubre de 1901, llegó, proveniente de la ciudad de Puebla a la de Huajuapan, el seminarista José María Hernández; hizo saber a los integrantes de la Junta gestionadora que había contendientes que luchan en Roma contra la Erección de la Diócesis entre quienes estaban los señores Capitulares y dos grupos: “La Sociedad Católica” y “Los Abogados Católicos” de Puebla.

Erección de la Diócesis de las mixtecas.

El papa León XIII concedió en el Vaticano la Bula “Apostolicae Sedes” el día 25 o 27 de abril de 1902. En esa misma ciudad-estado, enclavada en la metrópoli de Roma, fue despachada el 17 de marzo de 1903. Llegó a la ciudad de México el 06 de abril de 1903. Fue ejecutada el 12 de mayo de 1903.

Dos meses y días atrás -19 de marzo de 1903- se recibió un cablegrama del cónsul de México don Enrique Angelini que literalmente decía: “Enviada Bula erección Arzobispo México ejecutor”. En ese mismo día, el presidente de la Junta por erección recibió de parte del Cónsul, el encargo que, por favor, avisara a Don Vicente Zamora que la Bula había sido enviada al Arzobispo de México.

Se derramó el entusiasmo huajuapeño. erecciónos templos, especialmente, en el parroquial, echaron a vuelo todas las campanas y se entonó un solemne Te Deum Laudamus de acción de gracias. La música tocó “Dios nunca muere” con verdadero gozo. Posiblemente se tenían preparados los cohetes porque por todas partes se oían detonaciones.

Los relojes marcaban las 13 horas del día 19 de marzo del 1903, cuando el Profesor Vicente Zamora Ortíz- presidente de la junta-recibió el cablegrama que decía:

“Roma. 19 de marzo de 1903 Huajuapan Salina Cruz. Sr. Vicente Zamora. Huajuapan. Enviada Bula Erección. Arzobispo México Ejecutor. Angelini”.

La Junta Gestionadora escribió al Pbro. Dr. José Juan de Jesús Herrera y Piña, catedrático del Seminario Conciliar de México, suplicándole que cuando llegara a la ciudad de México la Bula de erección, hiciera el favor de avisar a Huajuapan. El Dr. Herrera aceptó la invitación. Acudió de inmediato a la Curia metropolitana del arzobispado de México y al preguntar, le contestaron que el documento se encontraba en la Curia. El Dr. Herrera envió al Sr. Cura Amador, el siguiente telegrama:

“MEXICO, D. F. a 7 de abril de 1903. Sr. Cura D. Rafael Amador. Huajuapan. Ayer llegó Bula de erección. Favor de avisar comisión. Mandaré copias. Juan Herrera, Pbro.”

El día 11 del mes en curso envió una copia de la Bula a Huajuapan suplicando que se la devolvieran. El latinista Guillermo López García, el 15 de abril, ya tenía traducida la Bula.

Preparativos de la magna celebración.

El día 13 de abril, el Sr. Amador convocó a una asamblea para que las personas indicadas, se posesionaran de sus sendas encomiendas:

- Se nombró la comisión para hacer fondos dentro y fuera de Huajuapan. Resultando electos los señores Vicente Zamora, Aurelio García y Félix Alonso.

- Dn. Fiarco Torreblanca y Dn. Aurelio García se comprometieron a recoger al personaje que ejecutaría la Bula.

- Que se suplicara a los pueblos por donde había de transitar el Ejecutor y sus acompañantes con el fin de que arreglaran los caminos, por favor. Además, que los sacerdotes recibieran benévolamente a los distinguidos visitantes.

- ¿En qué casa se podría hospedar el Ejecutor? Se propusieron dos: la del Sr. Juan Gómez y la de la Sra. María Carrizosa. Se hospedo en la del Sr. Gómez.

- La cocina debe estar en manos competentes.

- Contratar al artesano Don Higinio García que blanqueé y pinte la futura Catedral.

- Se sugirió que se busquen personas entusiastas para solemnizar las fiestas religiosas para el día de la erección y siete días siguientes.

- Se encargó a Don Juan Gómez que haga venir el orfeón de Puebla que dirige el Prof. Samaniego (se dijo que el orfeón es uno de los mejores, pero que cobran $800. 00 m/n.)

- Salió electo el Lic. Juan de Dios para que organice la Velada Literario-musical del día de la erección.

La mayor parte de los habitantes de Huajuapan se pusieron en actividad. Pintaron las fachadas de sus casas, Arreglaron las calles, contribuyeron según sus posibilidades económicas para esta causa.

Era Arzobispo de México, el Dr. Próspero María Alarcón y Sánchez de la Barquera.

El señor Alarcón, por motivos fuera de su voluntad, no pudo acudir personalmente a erigir la diócesis de “Las Mixtecas”. Buscó a un subdelegado no encontró a otro mejor que a Monseñor Francisco Plancarte y Navarrete, obispo de Cuernavaca.

Monseñor Plancarte aceptó como buen sacerdote, le pusieron de secretario al Pbro. Juan Herrera y Piña, catedrático y buen escritor. El obispo preguntó por el día en que se haría la erección, el estado de los caminos mixtecos, el ferrocarril, etc.

Para contestar las interrogantes del arzobispo Alarcón, el obispo electo convocó a una junta para el 14 de abril. En la reunión le dijeron que la erección estaba planeada para el 12 de mayo y en los primeros días del mes mencionado saldría la comisión que lo llevaría a la nueva diócesis.

El día 25 de abril de 1903, Rafael, el hijo del Prof. Vicente Zamora, avisó a la Junta gestionadora que el Dr. Juan Herrera le comunicaba: Que el 07 de mayo, principiarían a recorrer los caminos mixtecos; que saldrían para Huajuapan con alegría y júbilo, y que enviaran dinero para los gastos.

El 03 de mayo de 1903 partió la comitiva de Huajuapan hacia la ciudad de México para acompañar a Mons. Plancarte y su secretario.

El 07 de mayo, los itinerantes se reunieron en la estación central de Ferrocarriles mexicanos, “Buena vista” para iniciar la primera jornada: México-Puebla.

El 08 de mayo, en la ciudad de Puebla, abordaron el tren Mexicano del Sur que los llevó a Tlacotepec; en esta población, a las 14 horas, transbordaron al ferrocarril carbonífero; a las 16.30 horas estaba en Santa Inés Ahuatempan.

Era el día 08 de mayo, de esta población emprendieron el viaje hacia Acatlán usando sólo mulas y caballos; bajaron por el “Espinazo del Diablo” y por “El zigzag del demonio”; pasaron los caseríos de “Garzones” y “La Cruz del Coyul”, famoso paraje de Acatlán. Llegaron a esta ciudad ingresando por la Y (griega). Las campanas del reloj tocaron las 7:30 de la noche.

En Acatlán pernoctaron en el curato edificado por el Pbro. Dr. Anastasio de Jesús Cázares.

Nuevamente emprendieron la marcha. Eran las cinco de la mañana del día 09 de mayo. Pasaron frente a las ruinas del antiguo templo parroquial cruzaron el río Tixáa; luego el poblado de Gabino Barrera y en Petlalcingo tomaron los alimentos de medio día, el Sr. Amador salió al encuentro del subdelegado y acompañantes. En ese momento eran las siete de la noche estaban en Chila.

Día 10 de mayo. Chila de las Flores. Desde las tres de la mañana, los sacerdotes principiaron a celebrar la eucaristía.

A las 5 a. m. tomaron el camino hacia Huajuapan de León en donde llegaron a las 10 de la mañana.

Acompañaban al Obispo de Cuernavaca, el Pbro. Dr. Juan Herrera y Piña, originario del hermoso Valle de Bravo, el cual fungió de secretario, y el joven estudiante de teología, Amado G. Pardavé.

El día de la magna celebración.

Amaneció límpida la mañana como todos los amaneceres del mes de mayo. Los feligreses sin distinción de clases: campesinos, letrados, sirvientes, acaudalados, limosneros, jóvenes, ancianos, niños, etc. Se arremolinaban en el atrio espacioso como acostumbran los mixtecos hacerlo en el día del Santo Patrón.

Sonaron las 10 de la mañana del domingo 12 de mayo de 1903.

Las tres robustas naves de la antigua iglesia de San Juan se encontraban apiñadas, desbordantes de fieles. Todos esperaban ansiosos ser testigos de la ejecución de la Bula “Apostólica Sedes” con la cual León XIII erigía la Diócesis de las Mixtecas, dentro de algunos minutos.

Varios sacerdotes oían en confesión a numerosos penitentes; otros, atendían a los peregrinos venidos de diversos puntos cardinales. Unos y otros han venido para estrenar la nueva diócesis.

El Dr. y Maestro Francisco Plancarte y Navarrete, obispo de Cuernavaca, Mor., era el subdelegado del Dr. Próspero María Alarcón y Sánchez de la Barquera -delegado papal para que en su nombre erigiera la novísima demarcación Mixteca.

Plancarte y Navarrete revestido de alba, estola y capa magna y principesca, ingresó por la “Puerta del Perdón”. Su porte era digno, vertical, reposado. Le hacían compañía los sacerdotes que, desde la víspera, habían venido a la ciudad de Huajuapan. Bajo el dintel robusto de la única puerta, el subdelegado fue recibido conforme al ceremonial y ritual romano.

El cortejo marchó a partir de la puerta del perdón hacia el presbiterio (téngase en cuenta que antiguamente, había muchos actos eclesiásticos con acentuado sabor regio). Aquí, allá, por todos los sitios se escuchaban vivas y aplausos. La catedral in fieri estaba plena de fieles; también de oraciones y cánticos.

El himno “Nunc sanctae nobis spiritus” resonó de ese lado del ábside hacia el cuerpo del templo. La entonación gregoriana resulto excelente.

Me acercaré al altar de Dios, Introíbo ad altáre Dei. El obispo Plancarte inició la “Tercia” revestido con el ropaje pontifical. Vino el “Gloria” solemnísimo, la oración colecta y el santo Evangelio. Concluido el evangelio, el futuro obispo de Tulancigo y posteriormente arzobispo de Monterey, Pbro. Dr. Juan Herrera y Piña, dio lectura a la Bula de Erección y al Decreto por el cual el Papa León XIII erige la nueva Diócesis con el nombre de “Las Mixtecas”

En ese preciso momento, nació la Diócesis de Las Mixtecas y, también, la iglesia parroquial de San Juan Bautista se convirtió en la Catedral de los mixtecos.

Acto seguido Mons. Plancarte, acompañado del clero, fijó una copia del Decreto en la puerta principal del templo declarándolo catedral. El decreto mencionado en la parte inicial y final ordenaba lo siguiente:

“Nos el Doctor y Maestro Dn. Francisco Plancarte y Navarrete, obispo de Cuernavaca, subdelegado por el Excmo. e. Ilmo. Sr. arzobispo de México, etc.

“Y conviene que tengáis entendido:

- Que el antiguo templo parroquial de Huajuapan está elevado a la categoría de iglesia catedral, consagrada a San Juan Bautista;

- Que forma la nueva diócesis las parroquias y vicarías fijas, siguientes: Huajuapan, Huajolotitlan, Miltepec, Tequistepec, Huapanapa, Chazumba, Tezoatlán, Tamazola, Ihualtpec, Zapotitlán Lagunas, Tlachichilco, Calihualá, Silacayoapan, Tonalá, Tlacotepec, Juxtlahuacan, Tecomaxtlahuaca, Coycoyán, Mixtepec, Tamazulapan, Tejupan, Coixtlahuaca, Concepción Buena Vista, Acatlán, San Jerónimo Xayacatlan, Petlalcingo, Chila, San Miguel Amatitlán, Ayuquililla, San Pedro Acatlán, San Pablo Acatlán (vicaría fija), Piaxtla, Chinantla, Tehuitzingo, Tecomatlán y Chila (vicaría fija aunque posteriormente será extirpada), con los mismos límites que hoy tienen;

- Que por designación del Excmo. e Ilmo. Sr. Arzobispo de México, como delegado de la Santa sede, queda administrando esta nueva Diócesis el Ilmo. y Rvdmo. Sr. Dr. D. Rafael Amador, obispo electo de “Las Mixtecas”;

- Que según el tenor de la Bula de erección a nadie es lícito infringir o con temerario atrevimiento oponerse a esta página de nuestra absolución, división ,excepción, liberación, erección, posesión, institución, separación, declaración, sujeción, adición, constitución, asignación, adscripción, atribución, encargo, facultad, concesión, indulto, reservación, decreto, estatuto, mandato, derogación y voluntad. Si alguno presumiere atentar contra esto, sepa que incurre en la indignación de Dios Omnipotente y Bienaventurado Pedro y Pablo Apóstoles”.

“Dado en la ciudad de Huajuapan, firmadas por Nos y refrendadas por nuestro secretario ad hoc., a los doce días del mes de mayo del año del Señor de mil novecientos tres.

+Francisco

Obispo de Cuernavaca.

Por mandato de S. S. I. Dr. Juan Herrera. Secretario.

Caían lágrimas de emoción. Los latidos del corazón aceleraban sus zigzagueos acompañados con hondas exhalaciones.

Continúo el santo sacrificio de la Eucaristía. La comunión de los fieles fue muy numerosa.

El himno de acción de gracias- TE DEUM – se entonó acompañado de la orquesta a todo vuelo. Después del “Ite Missa est”, el señor obispo de Cuernavaca expuso solemnemente al Santísimo y dio la bendición con el Divinísimo.


Mons. Rafael Amador y Hernández, Administrador Apostólico.

A partir de la erección de la Diócesis de las Mixtecas, Monseñor Amador se convirtió en Administrador Apostólico hasta tomar posesión de su obispado. En efecto, la Administración Apostólica es una porción del pueblo de Dios que, por alguna razón, aún, no es erigida como diócesis por el Romano Pontífice, y cuya atención pastoral se encomienda a un Administrador Apostólico, que la debe regir en nombre de él.

El Administrador Apostólico es un Vicario del Santo Padre. Rige su territorio no en forma propia sino dependiente de la suprema autoridad de la iglesia.

Las causas de su nombramiento son por cambios de fronteras en Estados o Diócesis, dificultades entre gobiernos colindantes, contrariedades entre obispos o gobiernos civiles, etc.

Monseñor Amador –Administrador Apostólico- atendió sonriente y sencillo a todos los que acudían a él, se retiraban contentos y agradecidos.

El Administrador no se cansaba de agradecer las bondades de la Virgen de Guadalupe. Desde niño se había confiado a su protección maternal y le había suplicado, innumerables veces, que las Mixtecas fueran continuación del corazón de Ella.

Monseñor Amador suplicó a la Reina del cielo y de México que tuviera saludable fin el lío que había entre Monseñor Ibarra y las autoridades eclesiásticas de México por lo que miraba a las parroquias de Tulcingo, Jicotlan y la Vicaría fija de Chila de la Sal que estaba para sustraerse de la foránea de Piaxtla, Pue.

“Cuando efectuó el viaje a Roma nos dice un historiador con el fin principal de obtener de la Santa Sede la creación de nuestra Diócesis. ¿Quién no recuerda el cúmulo de circunstancias favorables que concurrieron en dicha erección, circunstancias en las que claramente se vio la mano de María de Guadalupe?”. 2

Se cantó el “Ite Missa est”; recibimos la bendición.

Después de la misa siguió la mesa. Cien personas, más o menos, compartieron los alimentos servidos a las 12 horas. Entre nutritivos y excelentes platillos, reinó el gozo y la paz. Las sonrisas, música, palabras hermosas, aplausos, regalos y muy buenos deseos alegraron el corazón de Monseñor Rafael Amador y el de todos los comensales.

Durante la noche, a la hora indicada, dio principio la Velada -literario-musical. Estuvieron presentes el subdelegado Pontificio, Monseñor Plancarte y Navarrete, Monseñor Rafael Amador, obispo electo, la mayor parte del clero de la naciente Diócesis, la eficaz Junta gestionadora y el público sin distinción de personas.

Rodolfo Solana Carrión, recordando ese 12 de mayo de 1903, en las Bodas de Oro de la Diócesis, escribió las siguientes líneas acerca de esa noche de fiesta cultural:

“Por la noche hay una Velada Literario-musical en la que bajo la batuta del maestro Fidencio Toscano, actúa José López Alavés, Leopoldo Díaz, Isidro Cisneros, José Renero con otros muchos nativos de Huajuapan. El abogado Gerardo Toledo, pronuncia el discurso oficial, y el secretario del Comité gestionador, Lic. Juan de Dios Flores y León informa detalladamente sobre la actuación del comité y el Prof. Jesús García González, representando al Seminario Conciliar, pronuncia laudatorias palabras. Las señoritas Profa. Rafaela Sánchez, Luisa Velazco, Fidelfa Peral y Paz Solana van al piano, y las hermanas María y Altagracia González se encargan de los números cantados. El escolar José Solana Carrión declama una poesía”.

Ordenación Episcopal Monseñor Rafael Amador

El día 16 de junio de 1903, el Pbro. José Guadalupe González vicario general de la diócesis participó al clero diocesano que Monseñor Rafael Amador viajó a la ciudad de Oaxaca con el fin de recibir la consagración episcopal.

“Nuestro Ilmo. Prelado dijo textualmente, emprendo el día de hoy (junio 16) el viaje en dirección a Oaxaca donde seré con favor de Dios, consagrado el día veintinueve del presente mes”.

Los buenos deseos del Vicario general fueron patentes al decir que “le sea propicio en su viaje y Dios le conceda las gracias necesarias para que en la Consagración reciba convenientemente la plenitud del Espíritu Santo “.

En los tres días precedentes a la consagración (26,27 y28), el Vicario general ordenó que después de la Eucaristía se canten las “Letanías de todos los santos”, y el 29, a las 12 del día, en acción de gracias, se entone con toda solemnidad él Te Deum.

En el presbiterio arzobispal de la catedral de la Antequera fue consagrado el primer obispo de “Las Mixtecas”, Mons. Rafael Amador y Hernández. El Dr. Eulogio Clemente Gregorio Gillow y Zabalza “arzobispo de Oaxaca” fue el presidente consagrante. Le asistieron en la consagración, los señores obispos Francisco Plancarte y Navarrete, y José Mora y del Río, el primero, obispo de Cuernavaca, Morelos y de Tulancingo, Hidalgo, el segundo.

La consagración episcopal fue solemne, devota y sencilla. Mons. Amador se ofreció totalmente a Jesucristo tomando como mediadora a Santa María de Guadalupe. Prometió vaciar hasta la última gota de su vida, por todos y cada uno de los habitantes de las Mixtecas.

En el decreto “Literis” el arzobispo., de Oaxaca notifica que “en cumplimiento de lo mandado en el Breve Pontificio de fecha de 27 de marzo de 1903, consagró obispo al Sr. Pbro. Dr. Rafael Amador y Hernández observando todo el ceremonial prescrito para el caso”.

Afirmó el historiador Gregorio Camarillo y Flores: “En este mismo día, el obispo de Las Mixtecas “publicó su Primera Carta Pastoral”. Desde su residencia particular en Oaxaca, el lema de su pontificado fueron aquellas palabras de San Pablo: “omnia possum in eo qui me confortat”, “todo lo puedo en aquel que me conforta”.

Día 09 de agosto, sonriente y rutilante. Era como a la una de la tarde cuando ingresó el nuevo obispo a la ciudad de Huajuapan.

La multitud le dio la bienvenida en la esquina de la calle del Calvario y la que se dirige a San Isidro (frente a la casa de los Rodríguez).

Afirmó Camarillo y Flores: “…hizo su entrada en esta ciudad… en medio de una concurrencia de casi todos los pueblos de esta nueva Diócesis”.

Claramente se distinguían entre la multitud a Vicente Zamora, Fiacro Torreblanca, Fernando Solana, Ángel Solana, Vicente Medina, Julián Soriano, las señoritas: Anita Orta, Joaquina Ortíz, Joaquina Cervantes y Amalia, Luz Loyola, prima del general Antonio de León y abuela de Rafael, o sea mamá de Josefa Corro, Anastasia, Justiniano y Manuel Corro.

Don Vicente Zamora con toda decencia y cordialidad dio la bienvenida con palabra clara y filial.

En silla de manos trasportaron al muy apreciado señor obispo hasta la puerta de la catedral.

Está asentado en el primer libro de Gobierno Parroquial, pagina 36, la siguiente comunicación: “el 9 de agosto del mismo año (1903) tomó posesión en la Santa Iglesia Catedral de esta ciudad de Huajuapan dándola su vicario general, el Dr. Dn. José María de J. Jauregüi”.

HISTORIA

En 1978, en el mes de marzo, el Señor Obispo Don José López Lara, a través de la Junta de Pastoral, promovió un concurso para hacer el Escudo de la Jornada de Pastoral. De los trabajos que se presentaron el del Padre Cándido obtuvo el
primer lugar y el Señor Obispo le puso el lema. Al Padre Luis se le encargó la presentación final.

En la parte superior le colocó un listón para ponerle el lema, en la parte inferior colocó otro listón de forma semicircular con dobleces en los extremos, para colocar la siguiente leyenda: “JORNADA DE PASTORAL”.
Al escudo se le agregó un anillo con un diamante, haciendo alusión a los 75 años de la Diócesis.
Después de la Jornada, el Padre Luis Martínez sugirió que se quedara como escudo de la Diócesis, lo que aprobó el Señor Obispo suprimiendo el anillo y cambiando el letrero por el de: “DIÓCESIS DE HUAJUAPAN DE LEÓN”.

DESCRIPCIÓN GRÁFICA

Por su forma es lanceolado.

Por su división es partido.

Por su color un campo está de oro y el otro de plata o blanco.

Por sus figuras: en jefe está una paloma en su color natural descendiendo

En el cuerpo del escudo está la Diócesis de naranja; al centro de la Diócesis un báculo y sobre éste una mitra de plata.

Su divisa que está en la parte superior sobre un listón de oro, cortado en bisel dice: “EN UN MISMO ESPÍRITU”.

En el listón de la parte inferior cortado en bisel leemos: “DIÓCESIS DE HUAJUAPAN DE LEÓN”.

INTERPRETACIÓN

Por el color de los campos se simboliza la bandera pontificia, denotando la presencia del Santo Padre.

La paloma que desciende es el Espíritu Santo que viene a ser el alma de la Diócesis.

La figura de la Diócesis simboliza toda la comunidad diocesana.

El báculo y la mitra denotan la presencia del Obispo, pastor que conduce a su pueblo.

La divisa expresa el cómo se busca trabajar en la pastoral: “En un mismo Espíritu”.

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